Parece que las calamidades que vienen de la mano de la crisis generada por el Covid-19, no cesan. De acuerdo a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el comercio internacional se desploma y pronostica un declive que rondará el 27%.
Esta previsión se refiere a lo que resta del año y se atribuye a los colapsos de los principales sectores que, por supuesto, incluyen el automotriz y energético. Son estas dos industrias las que presentan un mayor daño en relación a la crisis, situación que ha derivado en una sustancial baja en ventas y pérdidas de empleo, golpeando duramente el PIB de aquellas naciones en las que operan.
Uno de los marcadores que han llamado la atención del organismo, es el de importaciones a naciones en desarrollo, mismo que presenta una disminución de un 19% tan solo en abril de este año.
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La pregunta obligada, ¿esta crisis a afectado de forma lineal a todos los países o existe algún caso aislado?
De acuerdo a información recabada, China sería la única exclusión al caso ya que presenta un alza del 3% en sus exportaciones durante el mes de abril, mientras el comercio internacional se desploma. Esto se puede atribuir a la presencia del gigante asiático en el mercado de manufactura de consumibles y equipo relacionados a combatir la pandemia.
Aún con este alentador panorama para China, no podemos dejar de lado el hecho de que en mayo, presentó un decremento del 8% en sus importaciones y exportaciones.
Sin duda se avecinan tiempos retadores para los mercados internacionales y a su vez, aterriza sobre nosotros, una exigencia por concebir productos y servicios desde nuevas perspectivas que permitan a las industrias, adaptarse al vertiginoso cambio e impulsar nuevamente el crecimiento económico de nuestras naciones.
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